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amoresdecuartodehora

No ser (1)

Al fondo, donde termina el camino, hay un hombre asustado mirando al atardecer, con miedo al sol que le pueda cegar y a la noche que le disuelva en sombras. Despacio, agarra la punta del dedo y comienza a estirar su piel que se va desprendiendo como la de una manzana.

La miseria amontonada en el camino, la piel, la sangre y algunas entrañas le esperarán de regreso al hombre asustado que volvió a andar al ver que el sol hacía días que no se movía del mismo punto.

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